01 Nov ¿Me quieres o me deseas?
¿Cómo puedes saber si estas enamorado o simplemente excitado? ¿Es solo deseo lo que sientes o hay algo más?
El deseo es más emocional mientras que el querer pertenece al patrimonio de la voluntad. El desear es un impulso más o menos momentáneo; querer es una disposición más permanente y racional, es una voluntad. El hecho es que existen varias señales que nos ayudan a diferenciar entre lo uno y lo otro. Y a lo largo de este artículo lo descubrirás.
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Te deseo
El deseo es salvaje y descontrolado. No puedes pensar en otra cosa que no sea esa persona. Es casi una obsesión. Es un sentimiento poderoso aunque efímero.
Cuando alguien te atrae solo y exclusivamente por su apariencia física o por los efectos sexuales que te ocasiona eso es lujuria. Existe un deseo sexual.
Cuando al principio de cualquier relación nos encontramos en este estado de estimulación superlativa glorificamos e idealizamos a nuestra pareja. Es decir, vemos a nuestra pareja por lo queremos o necesitamos que sean.
Es cierto que el amor es ciego porque al principio de una relación el deseo te vuelve ciego. Estas tan impresionado por cómo crees que es tu pareja que te encuentras en un estado de obnubilación constante, aunque por mala suerte pasajero.
Pero a medida que avanza la relación el telón cae y empiezas a ver a tu pareja por lo que realmente es. Una persona real con virtudes y defectos. Defectos que antes te hacían gracia pero que ahora te molestan o incluso te irritan.
Ahora resulta que ya no es el bohemio y libre pensador de Francisco sino Paco, el gandul y holgazán que no sabe que hacer con su vida.
Y es entonces cuando el deseo disminuye. Y esto es algo, siento decepcionarte, que ocurre según las investigaciones en absolutamente todas las relaciones. Es inevitable.
Te quiero
El amor por otro lado, es una emoción profunda y compleja. La hormona oxitocina liberada cuando estamos enamorados propicia la relajación, la vinculación y el acercamiento afectivo. Si te fijas es todo lo contrario al deseo.
Tal y como explico en este otro artículo, el amor es el más potente de los antiafrodisiacos, si no contamos a los pantalones piratas para adultos.
Cuando estas enamorado quieres que tu pareja se conecte con aquellas personas que consideras importantes en tu vida. Quieres compartir tu tiempo con tus amigos, con tu familia y también con tu pareja.
Quieres que tus allegados lo conozcan, que vean la clase de persona que es. No te lo guardas para ti. Le presentas a aquellas personas que son importantes para ti.
Cuando dos personas se aman sus vidas se entrelazan. Y empiezan a pensar sobre ellos no como individuos separados sino como pareja. Hay una superposición de amistades, intereses, sueños, etc.
No hay un Tú y YO, existe un nosotros. Y esto se traslada incluso a la forma de hablar. Se empieza a utilizar más el NOSOTROS en lugar del YO. Esto no quiere decir que desaparezcan como individuos. Ambas partes siguen conservando su identidad pero ahora el sentido del ser es compartido.
El amor nos empuja a revelar información clasificada sobre nosotros mismos a nuestra pareja. Cuando estamos enamorados queremos contarle a nuestra pareja sobre nuestros sueños, aspiraciones, sobre nuestro pasado, etc. Incluso estamos dispuestos a compartir nuestra contraseña de Netflix.
Información confidencial que nadie más sabe sobre nosotros mismos. Es información personal e íntima. Esto no tiene nada que ver con el deseo. Cuando deseas alguien puede que le cuentes algo sobre tus aficiones, qué música te gusta, que series, pero nada más. No se profundiza.
Cuando estas enamorado tu pareja te influye, quieras o no. Lo que tu pareja hace o quiere hacer te influye de manera significativa. Si quisieras mudarte por ejemplo o dejar tu trabajo, o si caes enfermo. Cualquier decisión importante se toma entre los dos miembros.
Imagina que un pariente fallece; querrías hablar con tu pareja de ello para conseguir apoyo y contención. Lo mismo te pasaría si te ocurriese algo bueno; te graduaste, ganaste la lotería, aprobaste el examen de conducir. Te acercarías a esa persona para compartir las buenas noticias.
Y hasta aquí algunas de las diferencias entre deseo y amor. Hay muchas más pero hay que dejarlo en algún punto. Seguro que has sentido identificado en algún aspecto con lo descrito más arriba. Quien más y quien menos ha estado en alguna de las dos situaciones y con mucha suerte en las dos… ¡A LA VEZ!
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