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¿Cuánto tiempo dura el duelo?

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¿Cuánto tiempo dura el duelo?

Es imposible establecer un plazo. Para algunos pacientes el duelo puede durar cuatro meses, un año, dos años o incluso hay personas que consideran que un duelo nunca se supera, como veremos a lo largo de este artículo. Lo cierto es que cada superviviente elabora su duelo de una manera diferente y los ritmos, evidentemente los marca cada uno.

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Algunas señales de un buen proceso de duelo

Si tuviera que mojarme en esta materia, diría que un duelo no puede resolverse antes del año y que puede llegar a extenderse hasta los dos años para algunos.

mujer apoya la cabeza sobre hombreUn buen indicador de que un duelo se aproxima a su fin, es que el superviviente a pesar de sentir tristeza cuando piensa en un ser amado y perdido, esta clase de tristeza no posee la cualidad desgarradora que tenía en el pasado. Y a menudo, muchas de las manifestaciones somáticas exhibidas en el pasado como el llanto o la opresión en el pecho entre otras, quedan reducidas o incluso no están presentes.

La manera en la que una persona responde a las condolencias también es un indicador del momento del proceso del duelo en el que se encuentra el superviviente. Aceptar de buena manera y con gratitud las condolencias, es uno de los indicadores más fiables de que la persona está elaborando su duelo satisfactoriamente.

Podríamos decir que el duelo acaba cuando la persona puede volver a volcar sus emociones en la vida y en los vivos; cuando la persona recobra el interés por la vida, se siente más esperanzada y vuelve a disfrutar.

¿El duelo se supera?

Pero en cierto sentido, el duelo nunca se acaba. Esta es una aplastante realidad que conocen bien aquellos que alguna vez perdieron a un ser querido.  Entonces, ¿podemos decir realmente que el duelo se supera? ¿Podemos esperar que las cosas vuelvan a ser como lo eran antes?reloj arena mujer dentro buceando

Para empezar, la simple expresión “superar el duelo” puede sonar bastante molesta para aquellos que han sufrido una pérdida. Es más, la amplia mayoría de los que han perdido a un ser querido, la detestan. Y te diré por qué.

Puede que tras la muerte de tu marido te hayas vuelto a casar, vivas en un barrio residencial con tus hijos y los de tu nuevo marido (al que sin duda no le gusta que lo llames así) y saques a pasear a tu Golden Retriever todas las mañanas antes de irte a trabajar en tu nueva monovolumen de puertas automáticas y reposa vasos climatizado. Puede, sin duda que la vida te sonría. Que seas feliz.

Pero eso no significa para nada que hayas superado tu duelo. Porque la aplastante verdad, es que el amor y la muerte de esa persona no solo fueron momentos que ahora simplemente debes dejar atrás.

Lo cierto es que la gente que amamos y perdemos siguen siendo parte de nuestro presente. Están contigo aquí,  en tus hijos, en la próxima persona que vas a querer, en la persona en la que te has convertido y en todo aquello que haces desde que abres los ojos por la mañana.

No se supera la muerte de alguien. Se sigue adelante con ella. Así que la próxima vez que estés delante de alguien que ha perdido a una persona importante piénsatelo dos veces antes de decirle algo como: “Lo superarás” o “Pronto será agua pasada”.

No lo entiendes hasta que te pasa

Quizás, un duelo sea algo así como enamorarse o tener un hijo. No lo entiendes hasta que te toca. No es un hombro dislocado que puede reacomodarse. Es algo crónico. No tiene cura. Tampoco es mortal aunque a veces se pueda sentir como tal.

persona llorandoQuizás el duelo te muestre que es posible estar afligido y a la vez ansiar ser amado y amar. Que es posible estar triste y también feliz en el mismo instante. Pero eso no significa que lo hayas superado.

Sea como sea, es bastante complicado hablar de cuánto tiempo dura un duelo porque como decía en un principio, a algunos, por ejemplo el “hasta que la muerte nos separe” les parece poco tiempo.

De cualquier forma y para acabar, me gustaría dejar aquí un extracto de una carta que Freud le escribió a un amigo cuyo hijo había fallecido y que evidencia claramente todo lo expuesto en este artículo:

“Hallamos un lugar para lo que perdemos. Aunque sabemos que después de la perdida la fase aguda del duelo se calmará, también sabemos que seguiremos inconsolables y que nunca habrá nada que la sustituya. Sea lo que sea lo que llene el vacío, y aunque lo llene por completo, siempre será otra cosa.”

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