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¿Sufres una crisis parental?

niño encima de mama sobreprotección

¿Sufres una crisis parental?

¿Sabes cómo criar a un niño ecológico o “eco friendly”, a un niño sin gluten o bilingüe? ¿Quieres criar a un niño con espíritu financiero o científico, a un maestro del yoga? No te preocupes, porque hay una guía para enseñarte como puedes conseguirlo.

Si te fijas en las estanterías de cualquier librería, verás que las hay para todos los gustos. Pero me temo que muy pocas sirven para algo. Cuando me paro detenidamente frente a este imponente monumento al pánico colectivo y la ansiedad, eso es lo que veo… miedo y angustia.

Y yo me pregunto ¿Cómo es posible que exista tanta confusión, tanto enredo con algo que los seres humanos han venido realizando con bastante éxito desde hace tanto tiempo?

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Otra crisis más

niño dentro de botella corazones sobreprotecciónLo cierto es que los padres estamos más estresados que los que no lo son. Esto es el fruto, lo queramos o no, de la improvisación. Los padres no tenemos un guion que seguir. Pero nuestros hijos tampoco. Y créeme, esos libros tampoco tienen las respuestas. Y claro, para la amplia mayoría de nosotros, manejar esta incertidumbre puede sentirse algo así como una especie de crisis.

Si echamos la mirada atrás, hasta hace bien poco los niños trabajaban fuera de casa. Esto pasó al olvido; se prohibió el trabajo infantil, se reconoció el valor de la educación y ahora nuestros hijos, van al colegio en vez de levantarse y acudir a fábricas, minas o industrias.

Antes, como padres, aportábamos un techo, comida, ropa y ellos a cambio, traían un sueldo a casa. Era un acuerdo no muy ético pero si recíproco. Cuando nuestros hijos dejaron de trabajar, dejaron de tener un valor económico. Y fuimos nosotros los que empezamos a trabajar para ellos.

Ahora, los llevamos y recogemos del colegio justo antes de entrar nosotros a trabajar. Los recogemos de sus actividades extraescolares a la tarde. Incluso les revisamos toda esa montaña de tareas y deberes que en la mayoría de ocasiones, se dilatan hasta bien entrada la cena. Es agotador.

Un curriculum complicado

Además, no tenemos ni idea, pero ni idea de que conocimientos o enseñanzas pueden llegar a serles útiles a lo largo de su vida. Como padres, nos angustia vivir en un mundo tan cambiante. Ahora, hay clases de robótica, y programación en los colegios para niños de apenas 10 años porque dicen que es el futuro. Y la verdad, no sé si será cierto o no. A mis padres les dijeron que debían aprender francés y mecanografía. Y ahora, mi madre, lo más francés que hace es la tortilla para la cena.

Ahora, el idioma universal es el inglés… ¿o era el chino? Que lío. «Tu hijo tiene que ser bilingüe», te dicen. Ya,  pero es que solo tiene 2 años y en la guardería todavía no le piden el B2 para entrar. Solo un par de pañales y su leche.

padre hace coleta a hija bailarina¿Y si lo apuntamos a clases de ajedrez?, he leído que fomenta las capacidades de análisis. O, a algún deporte en equipo, para desarrollar sus habilidades sociales. O, a clases de cocina, baile, debate, etc. O a todo a la vez, a lo mejor así podemos convertirlo en un auténtico cyborg equipado para el siglo que viene.

Incertidumbre y miedo

Además ahora, las madres están empezando a forma parte del colectivo trabajador fuera de casa. Hoy día, padres y madres aportamos por igual en la mayoría de hogares. Y los roles vuelven a estar muy confusos. No tenemos normas, no hay guiones que nos digan quien debe llevar al colegio a los niños, quien debe hacerles la cena o quien debe bañarlos a la noche o leerles un cuento. Y claro, peleamos.

Sin embargo, por muy en la era del feminismo que estemos, las madres siguen haciendo mucho más que los padres. Pero bueno, tampoco lo hacemos tan mal. Nosotros pasamos mucho más tiempo con nuestros hijos que nuestros padres. Y queremos, la amplia mayoría de nosotros, ser mejores padres; más comprometidos.

Esta crisis se ve acentuada también por el hecho de que algunos países no reconocen esta situación. No reconocen que los roles de padres y madres han cambiado. Afortunadamente, en España tenemos la suerte de disfrutar de permisos de paternidad y maternidad muy por encima de la media. Parece mentira que países desarrollados como Estados Unidos se encuentren entre los únicos 8 países del mundo desarrollado que no tienen una licencia de maternidad pagada.

Todo lo que queremos es que nuestros hijos sean felices. Todos los padres repiten esta especie de mantra. Pero ¿no te parece una meta demasiado escurridiza para un niño? No es algo que se enseñe o se aprenda. No es como montar en bicicleta. ¿Cuál es el mejor currículo para eso?

padre y profesora hablando de hijoLa lección para aprender aquí como padres es que la felicidad nunca puede ser una meta, sino un efecto secundario de vivir una vida con significado y valor. Obsesionarse con este objetivo lleva a muchos padres a cometer algunos excesos. Los lleva a la sobreprotección absurda con tal de proteger a sus hijos del mundo exterior.

Quizás, como decía en un principio, nuestros hijos ya no tengan un valor económico pero son emocionalmente invaluables. Y es por eso, que en vez de proveerlos de una supuesta felicidad ¿Por qué no simplemente intentamos no herirlos, porque no intentamos criar en la decencia, en el amor, en la moral y dejamos metas como la felicidad para más adelante?

La verdad es que a mí no me fue tan mal.

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